lunes, 27 de abril de 2015

PEÑALBA DE SANTIAGO

A poco más de 20 Km de Ponferrada, en León, y situado al principio del bonito valle del río Oza (también conocido como Valle del Silencio) está el precioso pueblo de Peñalba de Santiago, nombrado Conjunto Histórico Artístico en 1976 por su cuidada arquitectura típica de las localidades de montaña, y por su iglesia mozárabe.

Peñalba de Santiago


Está en la comarca del Bierzo, y para llegar hasta él, hay que recorrer una sinuosa y estrecha carretera que sale de Ponferrada. El trayecto es precioso entre bosques caducifóleos, pero aún así se hace largo, porque la carretera es tan estrecha que si nos encontramos con algún coche que viene de frente, en muchas ocasiones tendremos que dar marcha atrás hasta encontrar alguna zona ancha. Eso sí, está recién arreglada, así que el piso por lo de ahora está perfecto. Yo a pesar de ir en Jueves Santo de 2015, como era por la mañana y no muy tarde, sólo me encontré con uno que bajaba y me tocó en un tramo ancho.

El pueblo está libre de tráfico rodado. Justo al llegar, a la derecha, hay un aparcamiento gratuito que hace la vez de mirador, pero al ser festivo ya estaba lleno y la Policía Local de Ponferrada estaba mandando a los coches por una pista de tierra que hay un poco antes a la izquierda, hacia otros dos aparcamientos.

Nada más llegar ya se puede apreciar la belleza del lugar. El pueblo está situado a una altura de 1.100 m., a los pies del macizo calcáreo de Peña Alba, de ahí su nombre, en plenos Montes Aquilianos.

Peñalba de Santiago

El pueblo es un entramado de calles encerradas entre bonitas casas de piedra, con tejados de pizarra y bonitas galerías de madera. Está muy bien restaurado y cuidado.



En el centro del pueblo está la iglesia prerrománica de Santiago, del siglo X. Es Monumento Nacional desde 1931, y está considerada una de las joyas del arte mozárabe en la Península.


Está rodeada por un muro de piedra, y se accede a ella por una puerta mozárabe orientada al Sur, con dos arcos geminados de herradura, sustentados por tres columnas de mármol.

Entrada de la Iglesia de Peñalba de Santiago
En el interior hay dos altares y las paredes tienen pinturas en un estado de conservación bastante precario. Otra cosa que llama la atención es que su campanario está separado del resto del cuerpo de la iglesia.


A dos km del pueblo se puede ver la cueva a la que San Genadio se retiró a meditar. Cuenta la leyenda que el sonido del río no le dejaba concentrarse y entonces le gritó: ¡Cállate! (a mi me recuerda al memorable ¿Por qué no te callas? del rey a Chaves), después el río fluyó silenciosamente bajo las piedras. A saber que de que setas comió San Genadio por aquellas épocas.

RUTAS DE SENDERISMO

Junto al pueblo se pueden hacer varias rutas de varios tamaños. La más conocida es la de la Tebaida Berciana. Es una ruta circular de cerca de 15 km de dificultad moderada y que se recorre en aproximadamente 6 horas.
Yo tenía carrera al día siguiente así que me pareció un poco bestia hacerla entera y sólo subí a su punto más alto en Chano Collado (1.305m.) pasando antes por la Cueva de San Genadio y volviendo por el mismo sitio.

Salí de delante de la cantina, justo al lado de la iglesia.

Peñalba de Santiago
Desde allí hay una buena bajada hasta el puente de madera que cruza el arroyo de Frigueira. Se coge un desvío a la izquierda donde hay un letrero que indica hacia la Cueva. Luego vemos un nuevo cruce, si seguimos recto vamos hacia la Cueva, si cogemos hacia la izquierda subimos otra vez al pueblo pasando al lado del cementerio. Os muestro la foto pero al revés, ya a la vuelta.

Cruce al volver de la Cueva de San Genadio

Después se cruza el río Oza por otro puente de madera y la subida se endurece hasta llegar a la Cueva. Desde allí podemos ver el camino por donde llegamos y también el pueblo de Peñalba.




La Cueva es una abertura en la roca en la que hay un altar con una talla de San Genadio y un libro de firmas.


Al bajar de la Cueva el camino estaba bastante concurrido.


Para subir hasta Chano Collado hay que regresar hasta el primer cruce que indicaba hacia la Cueva. Pronto la subida se hace más dura, y voy ganando altura primero entre bosques y luego entre brezos en flor que le dan a las montañas un llamativo color malva.

Vistas desde la subida a Chano Collado
Subida a Chano Collado
Finalmente llego a una zona más llana en la que hay unas piedras dispuestas en círculos concéntricos ocupando un área bastante grande,  estoy en Chano Collado. Las vistas son espectaculares, se puede ver todo el valle, al fondo los Ancares nevados, abajo hacia un lado Peñalba, y hacia el otro el pueblo de Montes de Valdueza con su monasterio. El esfuerzo ha merecido la pena.

Vista de los Ancares desde Chano Collado
Vista de Peñalba de Santiago desde Chano Collado
Al volver hacia el pueblo lo hago por el mismo sitio, pero cojo otra vez hacia la Cueva y regreso por el camino que pasa junto al cementerio. Por el camino veo castaños centenarios que parecen salidos de la película de Sleepy Hollow.


La ruta no es excesivamente dura, prácticamente todo el mundo acostumbrado a andar la puede hacer. Además el camino está en buen estado, aunque no es la Gran Vía, así que no se os ocurra ir en tacones. Al final el recorrido me salió en algo más de 8 km. Es una caminata muy agradable ente robles, castaños, brezos y acompañados únicamente del sonido de la Naturaleza (cantos de pájaros y el fluir del agua de los arroyos).

Ya de vuelta al pueblo me tomé una cerveza en la Cantina. Es un bonito lugar donde también dan comidas. Está decorado de manera rústica con un montón de adornos. No dejan hacer fotos, así que para verlo vais a tener que ir, merece la pena. Quería comer allí, pero estaba hasta arriba de gente, así que me fui al Restaurante Aromas del Oza en la entrada del pueblo.

Peñalba de Santiago

El restaurante era normal, muy tranquilo, sin tv y con música de jazz de fondo. El hombre que atendía me pareció muy educado, y me llamó la atención que al atender a una pareja en la terraza que iba con un perro, les ofreciera para él un cacharrito de plástico con agua.
Me comí pollo campero asado que estaba buenísimo, y de postre un enorme cuenco de arroz con leche.
Si pedís algo con miel podéis tener la certeza de que es casera.

Colmenas en Peñalba de Santiago
El restaurante cuenta con tres habitaciones, además en el pueblo hay varias casas rurales. Hay también un taller de artesanía con tienda para venta de recuerdos.

Como veis el pueblo es encantador. Cualquier época es buena para visitarlo, en otoño tiene que ser una explosión de color, y que decir de verlo en invierno con una buena capa de nieve. Con razón aparece en casi todas las listas de pueblos más bonitos de España.

No quiero despedirme sin agradecer la labor de la Policía Local de Ponferrada. A pesar de estar todo el día al sol dirigiendo a los coches hacia los aparcamientos, atendían a todo el mundo con una amabilidad exquisita, informándoles incluso de las rutas que podían hacer. Para volver me recomendaron subir por la pista de tierra que va desde los aparcamientos hasta San Cristóbal de Valdueza, 7 km sin asfaltar y con algunos baches. El coche acabó con más tierra que un patatal, pero me evité el mal rato de cruzarme con los coches que subían todavía hacia Peñalba por la estrecha carretera. 

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