domingo, 22 de noviembre de 2015

RUTA DE LA SEIMEIRA

Uno de los reclamos turísticos del municipio de Santa Eulalia de Oscos en el occidente asturiano, es la ruta de la Seimeira. Es un recorrido lineal de aproximadamente 8 Km  y 150 metros de desnivel que finaliza en una espectacular caída de agua de cerca de 30 metros de altura. Está enmarcada dentro de la Reserva de la Biosfera Oscos, río Eo y Terras de Burón.

A Seimeira de Santa Eulalia de Oscos


La ruta se inicia en el área recreativa de Pumares, a menos de 1km de Santa Eulalia de Oscos. Llegamos bastante tarde, a eso de la 1 del mediodía del 20 de septiembre de 2015, con un día  espléndido. Dejamos el coche en el pequeño aparcamiento que hay al lado del área recreativa, donde está el panel de información de la ruta.

Mapa de la Ruta de la Seimeira de Santa Eulalia de Oscos

Desde el cartel que indica el inicio de la ruta, hay que cruzar la carretera y seguir hasta el pequeño grupo de casas que se ven al frente, es el pueblo de Pumares, donde hay un antiguo mazo y un hotel de 3 estrellas con muy buena pinta. En el pueblo hay un puente que cruza el río Agüeira, pero en vez de cruzarlo seguimos recto siguiendo un indicador de la ruta.

Pumares
Enseguida empieza un camino con bastantes piedras que asciende entre muros tapizados de musgo. Poco después tenemos otra vez al río Agüeira a nuestra izquierda y ya casi no nos separamos de él hasta llegar al final de la ruta.

Río Agüeira

Pasamos junto a los restos de una corripa, una pequeña construcción de piedra donde se almacenaban las castañas dentro de sus erizos para conservarlas durante más tiempo. Andar por el camino se hace muy agradable al estar almohadillado con un importante manto de hojas, además los bosques de robles, castaños y árboles de ribera que vamos atravesando son preciosos.


Atravesamos una pequeña aldea abandonada, Ancadeira. Vivir aquí aislados tenía que ser muy duro. Hoy sus casas están en ruinas y prácticamente tomadas por la naturaleza, aunque como se puede ver en la siguiente foto, la cobertura para la telefonía móvil es buena, ironías de la vida.

Pueblo abandonado de Ancadeira

Más adelante en el Valle del Desterrado encontramos un panel que cuenta la leyenda de un hombre que fue desterrado a ese lugar. Allí, bajo grandes castaños hay unas cuantas mesas de madera donde se puede descansar o hacer una merendola. En verano este lugar tiene que ser un paraíso perfecto para refugiarse del calor.
El camino bajo la luz que se filtra a través de las ramas de los árboles es precioso.


Casi al final de la ruta llegamos a un puente de cemento sobre el río. Si lo seguimos llegaremos al pueblo de Busqueimado, a una distancia de 1,5 km. y a una altitud 100 metros superior a la que se encuentra la cascada. Allí se puede ver la capilla de San Pedro y dos tejos que están escoltándola y que están catalogados como monumento natural. Nosotros temiendo no encontrar después sitio donde comer, tuvimos que seguir hacia la cascada, que encontramos menos de medio kilómetro más tarde.
Después del verano tan seco que tuvimos, teníamos dudas acerca de la cantidad de agua que podía llevar, pero a pesar de todo no nos defraudó en absoluto. En primavera tiene que ser impresionante.

Seimeira en Santa Eulalia de Oscos
Tras las fotos de rigor, regresamos por el mismo camino. En total hicimos ida y vuelta en menos de 2 horas. La dificultad es baja. Solo hay que tener cuidado de no tropezar o resbalar en alguna piedra. Es una ruta que se puede hacer tranquilamente con niños acostumbrados a andar, de hecho nos cruzamos con alguna pareja con niños pequeños.

Después de la caminata fuimos a reponer fuerzas a Santa Eulalia de Oscos. Comimos bajo una parra en la terraza del Hotel Restaurante Casa Pedro, justo al lado de la oficina de turismo. Buen trato, buena comida y un lugar agradable.

Santa Eulalia de Oscos
Santa Eulalia es un pequeño pueblo de casas de piedra y tejados de teja que se ve rápidamente, en realidad no destacaría nada. Nos llamó la atención una obra en la que trabajaron los herreros de la zona, está llena de pequeños detalles, entre ellos una mano haciendo una peineta en la parte inferior.


Antes de regresar a Lugo decidimos pasar por San Martín de Oscos, municipio pegado al de Santa Eulalia, donde vimos su curiosa iglesia rodeada de una especie de soportales donde resguardarse de la lluvia, y también un bonito hórreo.

Iglesia de San Martín de Oscos
San Martín de Oscos

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