martes, 22 de julio de 2014

HUESCA

Provincia aragonesa del norte de España que es la sexta más grande en superficie del país. Su mayor atractivo turístico es la cordillera de Los Pirineos, con sus altas cumbres, sus valles, estaciones de esquí, ibones, flora y fauna. Pero también está la sierra de Guara, su gastronomía, un montón de pueblos preciosos, y arte románico para dar y tomar. Además por ella pasa el Camino de Santiago.Por todo esto no resulta extraño que cuando Sita y yo decidimos pasar las vacaciones de junio aquí, las pasara canutas para preparar el itinerario sin dejarme atrás muchas cosas que quisiera ver.

Finalmente planeamos ver Huesca capital, el castillo de Loarre, los mallos de Riglos, Alquézar, Aínsa, el parque natural de Ordesa, Jaca, Ansó , Hecho, Sallent de Gállego  y cruzar la frontera a Francia para hacer el recorrido del trenecito de Artouste. En este artículo hablaré de nuestra visita a la capital, el resto vendrá en los siguientes.


Llegamos a eso de las 19 horas del 6 de junio con una buena tormenta, y tras pasar por el hotel fuimos a la oficina de turismo para recabar información. Está en los soportales de la plaza Luis Allué, donde por cierto también está la tienda de ultramarinos en activo más antigua de España, La Confianza, abierta nada más y nada menos que en 1871 por una familia francesa. En ella se puede encontrar productos típicos de Aragón, además de bacalao, legumbres, vinos y otras cosas. Su interior tiene una bonita decoración, y en sus bajos tiene una interesante bodega.

            
Plaza Luis Allué. Huesca
Ultramarinos La Confianza. Huesca
Después dimos una vuelta por la zona de los Porches de Galicia y las calles próximas viendo el ambientillo en los muchos bares y terrazas de la zona,  y entramos en El Juli, un bar de tapas en la calle San Orencio donde nos tomamos 2 cañas y unas tapas (rulo de queso de cabra con mermelada de tomate y una llamada tritón, solomillo de cerdo con patata y foie) que estaban muy buenas. El camarero, que nos calló muy bien, nos cobró 5,8 €.
Finalmente nos fuimos a cenar al hotel y a dormir, que el día siguiente iba a ser largo.
A primera hora fuimos a ver el Parque Miguel Servet. Está al lado del centro de la ciudad y tiene un montón de especies distintas de árboles. Además en él destacan el quiosco de la música, la casita de Blancanieves y el paseo de las Pajaritas (escultura de dos pajaritas de hierro enfrentadas de color blanco sobre unos cubos verdes, los colores de Huesca, y que con el tiempo se han convertido en un símbolo de la ciudad).

Las Pajaritas de Huesca

Por cierto, Blancanieves no estaba, al menos no abrió la puerta.

Casa de Blancanieves en el Parque Miguel Servet. Huesca.

Después pasamos por la Plaza de Navarra, donde están la fuente de las Musas y el casino.

Plaza de Navarra. Huesca

A las once cogimos en la oficina de turismo una visita guiada muy recomendable por solo dos euros. El guía, Carlos, era muy majo y la hizo realmente muy interesante y divertida. Nos llevó por la Iglesia de San Pedro el Viejo, la Catedral, el Ayuntamiento y el Museo Provincial. Duró dos horas y no se nos hizo nada larga.

La Iglesia de San Pedro el Viejo (s. XII) es una de las joyas del románico aragonés. Contiene un claustro, y es Panteón Real de los reyes Alfonso I el Batallador, y de su hermano Ramiro II el Monje. También hay pinturas murales. Su visita cuesta 2,5 €, y con la visita guiada se entra gratis, o sea que ya solo por eso ya compensa.

Claustro de la Iglesia de San Pedro el Viejo. Huesca

La Catedral está dedicada a Santa María. Empezó a construirse en el s.XIII, y se acabó en el XVI con su espectacular retablo mayor, esculpido en alabastro. Es un edificio gótico, y está en el punto más alto del casco antiguo. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931. En su interior está el Museo Diocesano, que contiene una importante colección de arte sacro.


Retablo Mayor de la Catedral de Huesca

Catedral de Huesca


En la misma plaza que la Catedral está el Ayuntamiento. Palacio renacentista del s. XVI. Tiene dos torres en sus extremos y un curioso alero de madera que protege a una galería. En su interior, en el salón del Justicia de Aragón, alberga el bonito y tétrico cuadro de Casado del Alisal "La Campana de Huesca" de 1880.

Museo Arqueológico Provincial, antigua Universidad Sertoriana. Fue residencia de los Reyes de Aragón, Entre otras obras, expone por ejemplo alguna de Goya. Del antiguo Palacio Real se conserva el Salón del Trono, la Sala de Doña Petronila y la Sala de la Campana, donde según se dice fue escenario de la Leyenda de la Campana de Huesca. La verdad es que daba un poco de mal rollo estar allí dentro.

Ya salió un par de veces, así que voy a contaros de que va eso de la leyenda de la Campana de Huesca. En el s.XII el rey de Aragón Ramiro II el Monje, cansado de la desobediencia de sus nobles, los hizo llamar para que fueran a Huesca a ver una campana que podía ser oída en todo el reino. A medida que iban entrando en la estancia donde estaba, fue decapitando a los más rebeldes. En total los nobles ejecutados fueron quince, aunque en el cuadro sólo aparecen trece cabezas cortadas. Después de este hecho la paz volvió al Reino de Aragón.

DONDE COMER

Nosotros comimos en el Bar La Campana de Huesca (como veis aquí la campana suena por todos lados), ojo es uno que está en la calle Las Cortes poco más abajo de la Catedral, no es el restaurante que había hace unos años, ese está cerrado. Comimos dos menús de 13 € (tomate rosa y paella marinera de primero, y pollo al chilindrón de segundo, con tarta de chocolate, dos cañas y dos cafés). El primer plato muy rico, el resto normal.
En las calles alrededor de los Porches de Galicia hay un montón de locales con terraza para comer donde siempre hay mucho ambiente y donde también se puede tapear, eso sí pagando las tapas. Los que vivimos en Lugo estamos muy mal acostumbrados, je, je.

DONDE DORMIR

Nos alojamos en el Hostal Joaquín Costa en la calle del mismo nombre.Está a unos 10 minutos del centro paseando, y muy cerca encontramos siempre sitio donde aparcar en el Pasaje las Miguelas. Nos costó 42 € por noche. No tiene recepción, hay que ir a un hotel que está a unos metros por la misma acera. La habitación era muy pequeña y el wifi no nos funcionó. El baño era también muy reducido, y no tenía secador ni alfombrilla para la ducha, y si querías espejo de cuerpo entero había que arreglárselas con el de la escalera. La tv de plasma estaba muy bien y el aire acondicionado funcionaba correctamente, además la habitación, salvo el balconcito que tenía, estaba limpia. Aún así de volver a Huesca probaría otro más cómodo.

Con sus 52000 habitantes Huesca nos pareció una ciudad muy amable, al igual que sus vecinos, nada estresante y con un centro con muy buen ambiente para comer o ir de tapas. La verdad es que nos queda muy buen recuerdo de esta visita. Sólo me queda recordaros que sus fiestas son en agosto, en honor a San Lorenzo y que otra celebración importante es el Festival Internacional de Cine que se celebra en junio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario